Luna Llena y Año Lleno
Termina el año con una Luna Llena en el signo de Cáncer.
Comienza el año con una Luna Llena en el signo de Cáncer.
No es un trabalenguas ni una adivinanza, es una lunación mágica, reversible. Para terminar el 2020, permitidme una incursión en lo que sería una interpretación más libre, simbólica, esotérica si me apuráis, que lo que implica un mero análisis astrológico.
Esta lunación tiene algo de “comodín de la luz”.
Es una lunación que corta el plano opaco, matérico, de la “realidad” y su energía enfoca tanto hacia el pasado (como lo hace toda luna llena por el hecho de culminar un proceso de crecimiento de luz que dura 28 días desde la Luna Nueva). Por eso esta lunación nos sirve para culminar y cerrar un periodo, sí. Pero también actúa como antorcha, antesala lumínica que inaugura otro periodo. Esta luna mira hacia el futuro. No solo recopila y cierra, sino que también despliega e inaugura.
Fuente de luz, por un lado esta luna ilumina un pasado cercano, el del último mes lunar, donde hemos retirado pacientemente el escombro, los restos, el remanente de la estructura que ha ido cayéndose durante todo este 2020. Es como un proceso de exfoliación de una nueva piel.
Por otro lado, esta misma Luna Llena significa en mi opinión un kilómetro cero, una inauguración (más que un clímax como suele resultar con toda luna llena).
Por eso el nuevo año ha empezado ya, anticipándose al almanaque.
Esto es así en parte porque ocurre en el Signo de Cáncer, que representa el hogar (real o metafórico), la intimidad propia, aquel lugar donde nos cargamos, nutrimos y cuidamos después de 9 meses absolutamente inciertos, de disconfort intermitente.
Esta Luna es lo más parecido a encender las luces de nuestro nuevo hogar interno y, a plena vista, poder ver los nuevos volúmenes, estancias, que nos disponemos a habitar en el nuevo año. Sólo así podemos acomodar, amueblar, distribuir con acierto los espacios y sus usos, a nuestro gusto y conveniencia.
También esta luna es una lengua cálida, sanadora y húmeda que lame en la intimidad las heridas de la lucha que hemos lidiado este año ahí afuera. Sosteniéndolo todo.
Cáncer es un signo cardinal, por eso da fuerza y pasión, y lo hace desde el elemento Agua. Para conocer el área exacta de tu vida donde se traduce esta energía disponible, primero has de conocer tu carta natal y observar dónde se ubica el signo de Cáncer en tu mapa particular.
Pero en todo caso, la fuerza y pasión, el empuje y arranque del Agua Cardinal implica poner en marcha desde una perspectiva emocional, desde los afectos, sentimientos, percepciones, intuiciones, toda una serie de acciones emprendidas para alinearnos con nuestro espíritu.
- Tómate un tiempo estos días que preceden y siguen a la Luna Llena en Cáncer del 29 de diciembre para:
Honrar tus emociones, ya el bosque no te impide ver el árbol. - Dedicar tiempo a sentar una rutina 8realista, viable) de autocuidados.
- Identificar una nueva escala de valores.
- Date baños de intuición (dedica un tiempo a escuchar a tu cuerpo, tus pensamientos, y aparta aquellos recurrentes y destructivos, obsesivos).
- Trabaja la respiración, busca una buena guía . Rompe tus sesgos y condicionamientos, lo presencial no es sinónimo de presencia. Por eso, explora, aprende online.
- Exponte a comunidades afines reunidas entorno a la red. Rompe tópicos, iníciate en esta nueva forma de relacionarte. Si hemos cambiado, cambiemos nuestra forma de relacionarnos también con nosotr@s.
Despido e inauguro el año de una forma atípica, más bien dejándome llevar por reflexiones internas que por un análisis cosmológico de esta lunación. Llena de gratitud por tenerte delante, al lado, alrededor mío. Que la divina acción correcta nos gobierne.
Adiós al miedícola terrícola que llevamos dentro. Se le han acabado las pilas.
Nos encontramos en la red, déjate inspirar:
