La astrología fascinaba a Pessoa como vehículo de conocimiento, orientador, filosofía útil y estructurante, parafraseamos al astrólogo luso Paulo Cardoso, a quien debemos en buena medida la luz a la que ha salido la querencia del poeta por esta ciencia milenaria. Al parecer le venía el interés por influencia de la abuela materna y a mí personalmente me llama la atención que buena parte de sus escritos relacionados con la astrología estén en inglés (Pessoa ya no vivía en Sudáfrica para cuando se comienza a explicitar su interés en la astrología). Más de 300 cartas astrales se han encontrado entre sus apuntes, cuadernos y libros. Sus escritos sobre astrología, todo tipo de textos y gráficos, suman casi 10.000 referencias. Increíble.
“Fernando Pessoa Cartas Astrológicas” (Bertrand Editora), de Paulo Cardoso en colaboración con Jerónimo Pizarro, regala a los amantes de Pessoa una faceta del autor que articula y entrelaza su vida y su Obra. El autor hace justicia. Es por lo demás, una bonita edición, abundantísima en documentos propiedad del poeta. Un regalo. Da mucho gusto que haya astrólogos que divulguen la astrología de forma tan abierta y persistente, el propio Cardoso afirma que durante años tuvo que luchar contra la condescendencia con la que «desde cátedra» se le respondía a sus imbatibles pruebas de que a Pessoa sencillamente le fascinaba la astrología. Y llegó el día de publicar este libro que, aunque sea en portugués, merece un intento de lectura en español. Os cuento cosas para despertar vuestra curiosidad procurando no hacer spoiler, para quien se anime.
Fernando Pessoa se afanó de forma exhaustiva en validar la astrología más desde un espíritu concienzudo que crítico, es decir, doblemente crítico. Quiero decir, que su afán era testarla. Este era su punto de vista. Esta era la Cuestión Astrológica para Pessoa, entendiendo «cuestión» de forma ontológica.
La astrología es verificable, si alguien se toma el trabajo de verificarla. La razón por la que las estrellas influyen sobre nosotros es una pregunta difícil de contestar, pero no es una pregunta científica. Para Pessoa, la pregunta científica es: ¿influyen sobre nosotros o no? La razón por la que eso podría ocurrir es metafísica y no altera el hecho, toda vez que descubrimos que es un hecho.
La práctica de la astrología conllevaba para el poeta la validación que invariablemente observaba en ella. Era tan minucioso que tiene cuadernos y cuadernos con “ejercicios” donde verifica en el pasado de una biografía aquellos hechos que él identifica con las respectivas señales en las cartas, para probar su correspondencia. Las Direcciones le debían encantar. Se ve que tenía una enorme capacidad de síntesis y de análisis. Sería un astrólogo sensato hoy en día, daría mucho gusto escucharle sin duda. Y sagaz, caray. Las lagunas de las biografías de las personalidades y amigos que estudiaba, por lo visto las llenaba con acierto a partir información extraída de sus cartas natales. No quisiera ofender aquí a nadie sugiriendo cierto “vojeurismo existencial” de Pessoa. Es hermoso imaginar cómo echaba horas de cálculos y lecturas, probablemente momentos profundas introspecciones.
Cardoso agrupa en 3 etapas los escritos sobre astrología hallados en el baúl del poeta:
Los documentos que obedecen a un incipiente interés de Fernando Pessoa por la astrología y que consisten principalmente en una primera fase de estudio y encargos de cartas astrales a profesionales principalmente de Inglaterra.
Los escritos que incluyen las cartas propias hechas por él mismo, el acopio de bibliografía y correspondencia, entre otros, con el editor del British Journal of Astrology.
Y por último una etapa de “madurez astrológica” donde han llegado a nosotros todo tipo de cuadernos y documentos que muestran a un astrólogo experimentado con dominio de diferentes técnicas, y una práctica cotidiana de la astrología. Llegó incluso a prestar servicios profesionales como astrólogo, con el nombre de Rafael Baldaya.
Estamos hablando principalmente de los años 1920/30s (el poeta murió en 1935). Otro dato curioso: Plutón se descubrió en 1930, y como bien apunta Paulo Cardoso, sus efemérides tardarían aún en estarían disponibles, años quizás.
Unas notas que tomé al leer el libro y que selecciono procurando no caer en obviedades sobre Pessoa:
- Le obsesionaba el sentido de misión. Fernando Pessoa no tiraba ni un papel, y escribía y escribía. Se conservan frases memorables escritas en servilletas de bar. El sentido de misión en un neptuniano como él se puede identificar con el de realizar una “obra” y él intuía a partir de su carta que la suya estaba destinada a ser grande pero este destino vendría postergado de forma que él no lo vería materializado en vida.
- También me tocó la fibra sensible descubrir el tema de la reencarnación, o lo que él llamaría transpersonalización, la ligazón kármica que Pessoa identifica entre él y Shakespeare por sinastría.
- El tema de la duración de la vida, más que el tema de la muerte en sí, el cómo morir sino el cuánto «durar», le interesaba muchísimo. Parece que era una preocupación para Pessoa, ¿quizás por prever que su vida no sería muy larga? Es un tema recurrente en sus prácticas con biografías ajenas, observar anotaciones destinadas a deducir los aspectos sincrónicos a la muerte de las personas.
- A Pessoa le gustaba la astrología horaria, y tenía en cuenta el Parte de la Fortuna, algo aún poco común en su época, en eso era muy adelantado. Sobrescribía su símbolo en los “mapas del cielo” de los manuales que usaba para aprender y practicar, y así enriquecía las interpretaciones. Un fenómeno. Constan documentos donde queda registro de la compra por correo sus efemérides y de una abundantísima bibliografía. Le pegaba a Amazon a su manera.
- Se atrevió a teorizar, e incluso inventó un sistema de domificación de 28 partes con el que practicó puntualmente.
No quería caer en tópicos sobre el Pessoa astrólogo y pensaba pasar por alto la mención a la rectificación que el poeta hizo de la carta natal a Aleister Crowley, pero tengo que hacerlo para que descubráis con la sutileza que lo hizo. En una elegantísima carta al editor de la biografía de Crowley donde argumenta astrológicamente la corrección (al segundo) de la hora de nacimiento del mago, termina diciendo: “This is a mere speculation, of course, and I am sorry to inflict you upon you this purely fantastic intrussion in what is, after all, only a business letter”, como quitándose importancia.
Para quien sepa de astrología, el libro de Cardoso tiene perlas de manual y se aprende muchísimo, el propio autor es un célebre astrólogo en su país e introduce visiones también a partir de su experiencia, nos explica en ocasiones por qué Pessoa “ve lo que ve”, con aportes muy interesantes. Para quienes estén menos familiarizados con la astrología, el autor escribe con gran voluntad divulgativa, con referencias muy nítidas e incluso incluye un pequeño glosario. El principal valor de “Fernando Pessoa Cartas Astrológicas” para mí es haber tomado esta forma el tesón, el talento y la fe de años invertidos en la investigación de Paulo Cardoso para dignidad de la astrología y del propio Pessoa. También me ha descubierto a autores como Raúl Leal o Antonio Botto, intelectuales portugueses interesantísimos que no conocía, presentes entre las cartas estudiadas por Pessoa. Y me ha maravillado de la cantidad de documentos que se reproducen con dibujos hermosos y caóticos de cartas completadas con notas manuscritas de letra apenas descifrable. Lo único que eché de menos quizás es un lugar destacado en el libro para el dibujo de la carta de Pessoa. A color y al inicio.
Ojalá lo veamos en posteriores ediciones, que las merece porque el libro es un buen libro.