Las lunas llenas suponen cada mes la culminación brillante de un ciclo de 28 días en los que la luz va incrementándose desde la luna nueva anterior. Hay que comprender que las lunas llenas siempre nos hablan de un clímax energético: por clímax entendemos todo tipo de manifestación, de grado máximo de visibilidad de una situación.
Si toda luna es emocional, un atributo simbólico clásico de esta luminaria ya que la luna representa nuestra alma, la luna llena de este septiembre es intensamente emocional, superlativamente sensible. Tan receptiva, que se funde con todo por proceso de identificación. Pura empatía, insistimos.
El motivo es que esta luna llena ocurre a 10º 11´ del signo de Piscis, el signo que siente más profundamente de todo el zodiaco.
Veamos algunas claves energéticas que despliega la combinación luna llena y Piscis:
Máximo grado de empatía e intuición
Desplazamiento de nuestra energía emotiva hacia el centro emocional de nuestro sistema, reino de la inspiración, la espiritualidad, la conexión con lo divino.
Inspiración en proyectos creativos.
Activación de la magia, romanticismo e idealización que permiten abstraernos de la realidad, el dolor y las dificultades del mundo más prosaico, representado por el Sol en Virgo, y que funciona a modo de contrapunto energético que hace posible esta luna llena y que la equilibra con su toque de realismo, orden y prosa, como decíamos.
La luna llena en Piscis nos mete en el parque de atracciones, nos monta en la noria de la sublimación y nos sube a todo lo alto, para verlo todo, para sentir que no hay límites.
¿Cuál es el truco para equilibrar energías tan contrapuestas entre el sol y la luna opuesta a él? ¿Qué nos pide esta luna llena en Piscis frente al Sol en Virgo ubicado justo enfrente en la rueda zodiacal? Establecer rutinas (Sol en virgo) en relación a nuestra espiritualidad, nuestra necesidad de trascendencia (Piscis). Traducido en algunos ejemplos: sistematizar nuestra práctica de yoga, ritualizar, cuidar espiritualmente nuestra rutina tomando consciencia de nuestras necesidades trascendentes. Leer cada día un pasaje de determinado libro que encontremos inspirador, decidir qué instructor/a, qué formación, qué retiros o experiencias nos permitirán (según nuestro punto evolutivo y experiencial) desplegar el máximo potencial para mantenernos vivos y despiertos, inspirados y amoros@s.
Atención a los sueños en los días previos y la semana posterior de esta lunación. Más aún si en tu carta están fuertes y bien aspectados (por este orden) Neptuno, Urano, Júpiter o Mercurio respecto al grado 10º de Piscis, donde ocurre esta luna llena del 2 de septiembre. Sería buena idea tener una libreta a mano.
En suma, esta luna llena en Piscis del recién estrenado septiembre del 2020 supone una vuelta a las aulas del Mago que llevamos dentro, del inconsciente colectivo latente en cada uno de nosotros, pero particularmente lúcido y accesible, mucho más de lo que cabría esperar en el nebuloso y abstracto signo de Piscis.
Entorno a cualquier lunación, algunos cuerpos celestes y puntos matemáticos restantes de la rueda zodiacal pueden hacer contactos simultáneos entre sí, como es el caso. Pero este mes, vamos a centrarnos en uno de los catalizadores energéticos que acompañan a la luna llena en Piscis del 2 de septiembre.
Si toda luna llena es un clímax, la intensidad de esta lunación es especial debido a un aspecto planetario concreto casi simultáneo a la lunación y que inclina al romanticismo y a la idealización profunda. Al mismo tiempo que alcanzamos la luna llena, en el cielo se dibuja los siguientes ángulos:
Se trata de Urano en Tauro (que acaba de iniciar su retrogradación) dibujando un sextil a la luna llena: El sextil es un ángulo de 60 grados que separa a dos cuerpos o puntos celestes y es facilitador de manifestación, de facilidades y acontecimientos que se despliegan cómoda, sencillamente en nuestra vida. Son para bienes. Convierten a los puntos que unen en aliados y colaboradores. Y es que este Urano en combinación armónica junto a la luna va a intensificar transformaciones internas para las que nos venía faltando en los últimos meses la claridad necesaria para fluir.
A nadie le es ajena la inercia y estancamiento en los procesos psíquicos y también materiales en lo que va de año (salvo cierta tregua estival).
Urano desde Tauro le está diciendo a la luna: adelante, lo que llevas tiempo sin saber cómo se resolverá, se desplegará ante ti, eso sí, de una manera que no habías calculado o imaginado (ese es Urano y el arquetipo de lo disruptivo, el factor sorpresa que representa).
Por ello, flexibilidad (Urano en Tauro), apertura (luna llena), fe ciega (en Piscis), mientras no quitamos el ojo de la parte más racional, más organizativa, más analítica de pros y contras.
Sinceramente, en esta mezcla de energía veo la primera oportunidad real, ponderada, en lo que va de año 2020 para equilibrar con lucidez la balanza entre realidad e idealismo, magia y realidad, para poder llevar a buen puerto los cambios y transformaciones a las que este desafiante año nos ha abocado. Digamos que en las hojas del diario de nuestra vida somos capaces por primera vez este año de escribir en papel sin pautar. Esta luna llena nos permite dejar atrás la cuadrícula que ceñía nuestra caligrafía y no la dejaba expresar con naturalidad en todo su potencial creativo.
Ahora somos capaces de escribir versos libres, renglones sueltos bajo una inspiración tan potente que parece al dictado de la mismísima Fuente, por vía directa. Y no deberíamos tener miedo a torcer los renglones, ya que conservamos el margen intacto (Sol en Virgo) que nos orienta dicha caligrafía en el papel y nos dice a qué altura empezar a escribir para que quede legible, bonito, bien.
Se nota que hemos dejado atrás muy recientemente la oposición entre venus y Plutón: ya se ha deshecho cierta energía proyectiva en relaciones donde veíamos toda la oscuridad del mundo en “el otro”, sin percatarnos en nuestra porción de sombra. Han salido a la luz de la consciencia emociones muy soterradas: lo que creíamos que nos atraía por una razón, hemos visto que lo hacía en realidad por otra muy distinta, y lo ha hecho mediante procesos de observar la realidad a tras luz, el anverso, el negativo de lo aparente, su otro lado. Esto nos ha preparado psíquica y energéticamente para recibir como merece a esta gran apertura de sanación, trascendencia y entrega que activa esta luna llena en Piscis de este mes de septiembre. Sácate el corsé, sal de la cuadrícula de lo proyectivo en relaciones, de la excusa súbete a la noria, observa a vista de pájaro y permítete encontrar gozo en diseñar y aplicar una rutina en tus usos y costumbres espirituales. Esto que aquí reflexiono es solo parte del decorado de la gran puesta en escena de esta inspiradora luna llena en Piscis.
La música, el sonido, es un potenciador extremo para que se cumpla la manifestación de los ciclos cada lunación. Más en esta luna llena en particular, por ser de Piscis. Encontrarás una perfecta banda sonora meditativa y catalizadora de todo el potencial de esta luna en: terapiasonidofemenina.com canalizada por la facilitadora Rocío Martín. Navega por su universo sonoro, descubre sus series de acompañamientos.