El 30 de noviembre tendremos tres eventos astrológicos protagonizados por la Luna a 8º de Géminis:
- Luna Llena en Géminis
- Eclipse penumbral
- Y su conjunción a la estrella Aldebarán.
Aquí trataremos de los dos últimos puntos, para dedicar posteriormente un artículo aparte a estudiar la energía disponible que nos trae esta lunación.
Venimos de una gran concentración de energía en la zona de Capricornio, donde nos hemos sentido limitados, parados, frenados… y nos hemos tenido que desplazar de lo conocido para abordar situaciones y entornos que hemos tenido que sostener con incomodidad y ciertas dosis de sacrificio.
Bien, todo eclipse marca un cierre, un fin de ciclo. Este eclipse de Luna nos da una necesidad y capacidad de movernos justo después de haber cerrado una puerta. Nos hace tomar conciencia de que en efecto algo ha quedado definitivamente atrás.
Por eso este eclipse, además de cierre y clímax, trae consigo al mismo tiempo un movimiento muy fuerte hacia adelante. Pero no sólo a nivel mental, como sugeriría Géminis (el signo que acoge a la Luna), sino que la aceleración también es experimentada desde el cuerpo y se extiende al entorno.
El clima energético está abonado, preparado para que llegue la toma de muchas decisiones que serán importantes, definitivas, vinculantes y que llevábamos tiempo anhelando o barajando como posibilidades, divagaciones, y que no acababan de materializarse.
Este impulso de materialización, este “por fín” que se nos avecina y que pone en marcha una serie de movimientos muy anhelados y un gran cambio de paradigma personal y colectivo es posible porque, para el día 30 de noviembre, el Sol estará en Sagitario conjunto a la estrella fija Antares y la Luna en Géminis estará también conjunta a la estrella Aldebarán. Las decisiones y movimientos que se realicen entorno a esta fecha implican una alta dosis de asertividad y determinación, en cierto sentido ambas estrellas fijas transfieren a la lunación la fuerza arquetipal de la guerrera, de la diosa Artemisa, de la conquista, de la aplicación de una fuerza creativa y flexible, no destructora. Las decisiones o movimientos, las fuerzas aplicadas en este periodo serán de largo recorrido, se van a mantener a largo plazo.
Mercurio, regente de Géminis donde se da este eclipse penumbral de Luna, subraya el sentido trascendental de este cambio, ya que está en Escorpio (signo fijo) junto al asteroide Juno (arquetipo del compromiso) en aspecto ambos armónico a los tres gigantes que han transformado nuestras vidas este año desde Capricornio (Saturno, Júpiter y Plutón). Así, pues, dispondremos de:
- Apertura, optimismo y expansión en el pensamiento concreto y nuestra forma de comunicarnos. Largo alcance, gracias a Júpiter.
- Gran enfoque en lo concreto, acceder a la información práctica respecto a los cambios que emprendemos. Solidez gracias a Saturno.
- Profunda capacidad para intuir los pasos a seguir. Potencia y cierta clarividencia. Un «ahora o nunca», gracias a Plutón.